Teníamos reservada una casa rural para cinco familias del Castaño: Barbero, Gregorio, Bruno, Carrasco y yo. La casa Los Portales, una maravilla con todos los detalles, decorada con mucho gusto, acogedora y limpísima, lo que no es demasiado corriente. Todo ello sin olvidar que pertenece a Marisa, la hermana de José Aurelio, que nos colmó de atenciones y simpatía.
Bruno y Barbero se incorporaron el viernes mientras que los demás llegamos el sábado por la tarde. Ya nos esperaba la familia de José Aurelio que, tras dejar el equipaje, nos acompañó a ver el pueblo. Se fueron incorporando castaños que ya andaban por allí o que iban llegando: Casares, Lucio, Julio y alguno más. A muchos de ellos les había buscado alojamiento nuestro anfitrión José Aurelio.

La casa Los Portales se convirtió en el centro del encuentro; los que nos alojábamos allí habíamos quedado en llevar productos típicos de cada zona para las cenas del sábado y del domingo, y le encargamos a Carrasco embutidos ibéricos su pueblo (Hornachos) para la ocasión.

La noche del sábado nos fuimos reuniendo allí todos los castaños que habían llegado y dimos buena cuenta de todo ésto y de lo que llevó José Aurelio de su propia matanza. Corrió la cerveza, el vino tinto de Cigales, los ibéricos de Hornachos, los dulces, el aceite, las aceitunas, los tomates, el cava y muchos alimentos más de los que habíamos llevado.
Como éramos muchos y hacía una temperatura excelente, sacamos una mesa y sillas a la calle, bajo el soportal de la entrada, donde iniciamos las primeras tertulias. Y nos dieron las tres de la mañana en esta tarea ante las miradas asombradas de los viandantes y vecinos.
Fin de la primera parte.
Continuará en Domingo 11: el reencuentro
Y terminará con La boda del Brigada
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Pepe :-)
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